La mente te «entretiene» en el pasado, en la identificación, en el «deber ser».

La mente es esa voz condicionada, el resultado de toda tu historia y la de tu entorno familiar y cultural. Es la herencia de múltiples voces y murmullos que te llevan a pensar que eso que dicen ES «la realidad».

Sin darte cuenta, permites que tu mente tome el control de tu vida. Hace que te preocupes imaginando resultados negativos o problemas sin solución. Todo esto drena tu energía vital.

¿Quién es el culpable de que al final del día —e incluso, muchas veces, desde que despiertas— te sientas al borde del agotamiento? Sí. Tu propia mente.

La cultura moderna le ha dado demasiada importancia a la mente, cuando esta, en realidad, es solo una herramienta. Es útil para desarrollar ciertas tareas específicas; la clave está en poder soltarla una vez culminadas estas tareas. Debes usarla cuando se necesita, de una forma enfocada y efectiva. Después, apagarla.

Suena fácil, pero es muy difícil, lo sé. Sin embargo, es posible.

La mente es una máquina de supervivencia. Ataque y defensa; recoger, almacenar y analizar. No es creativa. No, no. Tu creatividad se da desde un lugar de quietud interior, no en medio de ese bullicio.

Aprender a No-pensar

No se trata de aprender a pensar para controlar la mente. Al contrario: se trata de aprender a no-pensar.

No identificarte con la mente y los pensamientos es el camino hacia una vida de iluminación. ¡Ríete de ti mismo/a viendo las jugarretas y las ocurrencias de tu mente automática!

El pensamiento repetitivo puede incluso volverse una adicción. Se siente más fuerte que tu voluntad.

El ego, la casa de nuestros pensamientos

Por condicionamientos personales y culturales, nos aferramos tanto a los pensamientos que llegamos a creer que, si los soltamos, dejaremos de SER. A esto es a lo que llamamos EGO, esa actividad mental que se mantiene viva gracias al pensamiento constante.

Es un falso ser, creado por la identificación inconsciente de la mente.

Para el ego, el momento presente no existe. Solo el pasado y el futuro.

Le interesa mantener vivo el pasado, porque sin él ¿Quién es? Y se proyecta al futuro para asegurar su supervivencia; se cuenta historias que sucederán para encontrar alivio.

Al ver el presente a través del pensamiento o del ego, lo que realmente vemos no es el presente, porque lo observamos con los ojos del pasado. Debes de estar fuera de tu mente para poder experimentar el presente.

«El pensamiento no puede vivir sin la consciencia, pero la consciencia no necesita del pensamiento», decía Eckhart Tolle.

El ego tiene necesidades que le urge cubrir: se siente vulnerable y amenazado, por lo que vive en estado de miedo y carencia. Crea problemas, dolor y sufrimiento y se agarra de ellos.

¿Cómo mantener a raya al ego?

Habrás visto que el ego salta de un lado a otro entre tus pensamientos produciéndote inquietud, desasosiego, ruido.

Nada mejor para acallarlo que hacerte consciente de su presencia.

OBSERVAR es contemplar esa voz que te mantiene en el pasado, en las historias y los juicios.

«Observar al que piensa» es escuchar tu voz interna como un testigo, nada más. Cuando lo haces, entras en la dimensión de la consciencia.

Ser observador de tu mente es estar presente. Es verte a ti mismo/a y a tu entorno sin fachadas ni etiquetas. Es ver como un niño: inocente, sin patrones ni comparaciones.

Y no solo se trata de observar conscientemente tus pensamientos. También tus emociones.

Las emociones acompañan a los pensamientos y conllevan energía en sí mismas; una energía que puedes sentir en el cuerpo.

Cuanto más identificado/a estés con tus juicios, miedos e interpretaciones, menos presente estarás.

Eckhart Tolle también decía que «Una emoción, habitualmente, representa un patrón de pensamiento amplificado y energizado. Puede llegar a convertirse en el “yo soy”».

Al reconocer esta identificación y el papel del ego, podrás ser un observador de tu mente, pensamientos y emociones, y elegir “«salir de ella», para poder entrar en el PRESENTE.

Vivir en el presente

EL AHORA es la continuación de ese estado de observar los pensamientos. Es apartar tu foco de la mente, para estar alerta y consciente, pero no pensando. Esa es la esencia de la meditación.

Esta experiencia te trae calma, ya que la energía no está puesta en seguir el ritmo de la mente.

¿Te ha pasado que cuando pones foco en algo que te gusta mucho (un libro, una película, un lugar agradable) te parece que el tiempo vuela?

Al quitarle fuerza al pensamiento se entra en el no-tiempo es decir en la no-mente. Entras en la UNIDAD.

Aquí hay quietud. Paz y calma.

Sostener y entrenar este estado, te lleva a experimentar gozo: el «gozo del ser». Es un estado sin ego, sin tiempo y sin espacio.

Viviendo en el presente, permites que la mente sea como sea sin enredarte en ella.

Lo errado no es que conectes con tu mente, sino que la confundas con quien eres.

Al disociar la mente del tiempo, este último desaparece, y tú TE LIBERAS.

Vivimos de la memoria (pasado) y la anticipación (futuro) generando una barrera que impide reconocer y honrar el momento presente. Esta compulsión se basa en que el pasado da una identificación y el futuro una promesa de salvación. Es una ilusión.

El ahora es lo ÚNICO que hay

El ahora es precioso, porque está fuera del tiempo; es el espacio donde se despliega la vida, el único factor que se mantiene constante, el único punto que te lleva más allá de los confines de la mente, al reino del no-tiempo.

La esencia de este concepto no puede ser comprendida con la mente, sino con el corazón. Se genera así un cambio de consciencia; pasas a sentirte vivo/a y a irradiar energía desde tu SER.

La presencia del ahora es consciente, calmada y alerta.

Los grandes maestros de todas las tradiciones coinciden en que el ahora es la llave de entrada a la dimensión espiritual. Comprender este poder trae una profunda transformación interior.

El sufrimiento necesita del tiempo. Por eso, en el AHORA (ausencia de tiempo) todos los problemas se disuelven.

Quédate con esa última frase y busca vivir el presente para conectar con tu SER.

Te dejo un par de citas hermosas de dos grandes maestros que lograron alcanzar ese estado al que tú y yo estamos aspirando.

«El pasado y el futuro ocultan a Dios de nuestra mirada».

Rumi (maestro del sufismo)

«El tiempo es lo que impide que la luz llegue a nosotros».

Meister Eckhart (maestro espiritual siglo XIII)

Tips para vivir en el presente:

  • Rompe el patrón de negar el momento presente.
  • Entrénate en retirar la atención del pasado y el futuro.
  • Sal de la dimensión del tiempo en la vida cotidiana.
  • Reconoce tu tendencia de escapar del AHORA.
  • Practica la observación consciente de la mente, los pensamientos y las emociones.
  • Observa tus reacciones, las situaciones y las personas que te hacen reaccionar.
  • No juzgues.
  • Busca ser un/a observador/a silencioso/a.

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