¿Qué es el desamor?

El amor es un tema que ha sido explorado en la literatura, el cine, la música y otras formas de arte durante siglos. Sin embargo, no hay una definición única para el amor y cómo funciona. Lo que sí sabemos es que el amor tiene la capacidad de transformarnos y hacernos sentir vivos, mientras que el desamor puede tener el efecto contrario.

Hoy quiero hablar sobre un tema que a muchos nos ha tocado vivir en algún momento de nuestra vida: el desamor. ¿Qué es el desamor? Es el dolor que experimentamos cuando algo que consideramos valioso ya no está en nuestras vidas. Es una sensación muy difícil de describir, pero todos sabemos lo que se siente cuando se vive, pudiendo llegar a ser un proceso muy difícil de entender y asimilar.

En ocasiones, las relaciones amorosas pueden llegar a su fin y experimentamos un dolor profundo que parece no tener fin, una experiencia muy dolorosa y difícil de superar, llevándonos a sentirnos como víctimas y buscar la responsabilidad en los actos del otro. Sin embargo, es importante recordar que esa relación se consolidó por elección de ambas partes. Establecemos vínculos basados en el miedo y no en el amor, no porque no queramos amar, sino porque no sabemos amar.

Nos preguntamos por qué nos sentimos así y por qué el final de una relación puede ser tan devastador. Sin embargo, esta sensación que experimentamos en nuestro cuerpo es una combinación de muerte y vida. Por un lado, algo dentro de nosotros parece morir y, por otro, necesitamos estar vivos para sentir.

¿Qué hay detrás del desamor?

En mi opinión, el desamor es una invitación a revisar lo que consideramos valioso en nuestras vidas. ¿Realmente es importante un vínculo que nos da status? ¿Un vínculo que soporta nuestros patrones de dependencia emocional? ¿Qué es lo que realmente valoramos en una relación? ¿Quién sostiene nuestro estado de ceguera y apoya nuestros patrones de toxicidad? Todas estas preguntas son importantes porque nos ayudan a reflexionar sobre nuestras propias creencias y patrones.

Cuando nos relacionamos con otras personas, lo hacemos a partir de nuestras creencias y deseos más profundos. En nuestra mente, creamos ideales y construimos una imagen de cómo nos gustaría que las cosas fueran en nuestra relación. Nos enamoramos de la otra persona sin entender completamente nuestros propios procesos internos. En ocasiones, confundimos el amor con la complacencia de nuestro ego, para que se sienta cómodo en su zona de confort y encuentre a alguien que comparta su misma información.

Al desconocer las heridas emocionales que llevamos dentro, es imposible vernos y conocernos completamente. Intentamos poner en manos de otra persona la responsabilidad de hacernos felices, de completarnos y de darnos el amor que no hemos podido darnos a nosotros mismos. En este sentido, nos liberamos de la responsabilidad de poner nuestra propia felicidad como prioridad y entregamos al otro la capacidad de calificar y valorar nuestra existencia.

Las relaciones que nacen en la ignorancia, el auto-sabotaje y las heridas emocionales no reconocidas, es muy probable que esa relación tenga un final similar. El miedo y el dolor son la base de una relación que no puede desarrollarse. Al principio, puede haber una gran pasión, afinidad, complicidad y atracción, que son naturales en una relación nueva de pareja. Sin embargo, esta potencia exacerbada tiene como base de energía el miedo. Las proyecciones que hacemos sobre la otra persona desde nuestras incapacidades de amarnos a nosotros mismos, resultan muy fuertes.

Desde este lugar, construimos nuestra identidad y entregamos a esa relación el poder de definir nuestra vida y destino. Sin embargo, cuando el enamoramiento y la pasión disminuyen, y el ego se distrae, es cuando aparece nuestra verdadera luz y sombra. Tal vez lo que amábamos del otro es precisamente lo que nos molesta. Tal vez sentimos que esta relación, a pesar de verse grande y erguida, tiene raíces casi inexistentes.

Una relación que nace en el miedo, en el ego, en la inconciencia de quiénes somos, tarde o temprano nos llevará al desamor. Si aprovechamos la experiencia para conocernos mejor y entender nuestro papel como co-creadores de esa experiencia, podremos salir fortalecidos y crecer como personas.

El lado positivo del desamor

El desamor no tiene por qué ser una experiencia dolorosa que nos hunda en el sufrimiento. Al contrario, creo que el desamor es una oportunidad para conocernos mejor y para crecer como personas. Si logramos ver el desamor de esta manera, podemos transformar la experiencia y encontrar lo positivo.

En mi experiencia, el desamor es una oportunidad para hacer un proceso de despertar espiritual que la vida nos obliga a llevar, quieras o no. Es un momento para vernos a nosotros mismos, para reconocer quiénes somos a nivel emocional, para ver nuestras luces y sombras, y para ser honestos y transparentes con nosotros mismos y con los demás.

Para evitar el desamor, lo mejor sería evitar entrar en un vínculo que se construye en la necesidad que tenemos del otro para servir los deseos del ego. Pero si ya hemos pasado por esa experiencia, podemos aprovecharla como una oportunidad para darnos el amor que no nos dieron, para conocernos mejor y para ver cuáles son las motivaciones inconscientes que hacen que elijamos a cierto tipo de personas.

El desamor contiene mucha luz y nos trae regalos maravillosos que podemos usar como escalón para evolucionar en nuestra vida. Si hacemos un cambio de conciencia, dejamos de juzgar al otro y nos enfocamos en nosotros mismos, el proceso de dolor baja y el aprendizaje queda.

En resumen, el desamor no tiene por qué ser una experiencia dolorosa y negativa. Al contrario, podemos usarla como una oportunidad para conocernos mejor y para crecer como personas. Si logramos cambiar nuestra forma de ver el desamor, podremos transformar la experiencia y sacarle algo positivo. Así que, si estás pasando por una experiencia de desamor, recuerda que puedes salir fortalecido de ella y crecer como persona. ¡Ánimo!

Suscríbete a mi blog

Recibe en tu correo lo mejor del contenido semanal. Blog, eventos, descuentos especiales y reflexiones diarias.

 

Te has suscrito satisfactoriamente